Según The Sun (hay periódicos cuyas informaciones hay que ponerlas siempre en suspenso) esto es un sobre. El mapa es la dirección. Y, lo que es más extraño, la carta llegó a su destino. Cierto es que el remitente tuvo la suerte de que un empleado de correos de la zona reconociera al destinatario, pero aún así la historia es increible. Para que luego digan que los localizadores no sirven para nada
Via Visual Editors
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