Por qué me dedico a esto de los gráficos

Desde que con diez años veía los partidos de fútbol en la tele, ya me sentaba con papel y lápiz delante de la pantalla para ir marcando las alineaciones, cambios, jugadas... Cuando me enteré de que eso mismo era una profesión ya sabía a lo que dedicarme. Entré en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, sede de los Premios Malofiej ya con la idea de dedicarme a esto. Pero fue allí, como alumno colaborador de los premios, donde realmente tuve la cosa clara y descartá cualquier otra posibilidad. Algunos de los gráficos que ví allí fueron los que me llevaron a tomar tal determinación.

This is the real Britain
Philip J. Green, The Sunday Telegraph


Este el gráfico que tiene casi toda la culpa. Cuando la vi descubrí cómo la infografía puede explicar informaciones que de otra manera sería imposible. Que es n lenguaje propio, periodístico y muchas veces más efectivo que el texto. Explica a quién votó cada circunscripción (en Reino Unido cada una elige a un representante de forma directa) poniendo todas a la misma escala. De ese modo se puede comparar el mapa geográfico (arriba) con el real. Y la realidad es bastante diferente a lo que podría parecer a primera vista.
El jurado dijo de él:

Es un gráfico muy complicado. Sin embargo, la manera en que ha sido subdividido es muy interesante. Es un gráfico muy interesante pero parece algo forzado. Es un área de mapa a escala de calidad muy alta.

Le dieron un bronce. Ese año el Peter Sullivan (mejor gráfico de la competición) recayó en esta explicación de la cirugía láser para la vista de Time, hecha por Joe Zeff y Ed Gabel.



Mi otro favorito aquel año fue El Poder de la OTAN, que Rafa Höhr había publicado en Diario de Cádiz. Yo era de Cádiz y me llenaba de orgullo patrio ver que la tierra también estaba representada.



Ese mismo verano realicé mis primeras prácticas en Diario de Cádiz, pero Rafa Höhr ya se había marchado a El Mundo y de ahí rápidamente a El País. Pero em pasé el verano repasando sus archivos y los de Rafa Estrada, otro de los grandes que había pasado por aquellos ordenadores.

Supongo que cada uno tendrá sus propias razones. Si alguien se anima a compartirlas sólo tiene que mandar un mail.