28 de enero de 2010

Fernando Rubio


Para cuando Fernando Rubio empezó a hacer infografía en España yo no había empezado la EGB. Ni Maradona, argentino como él, había eclosionado en México. Sólo con eso ya se puede explicar la importancia que este hombre ha tenido para la infografía en este país. Es uno de los pioneros, de los primeros en abrir camino. Y además una persona amable, con la que se podía hablar y de la que se podía aprender. Yo le conocí cuando era alumno de la Universidad de Navarra, organizando los Malofiej. Para aquel entonces Fernando ya llevaba 14 años como jefe de infografía de ABC. Era un mito. Por aquel entonces me parecían héroes. Él y otros: Tomás Ondarra, Mario Tascón, Rafa Höhr (que empezaba en elmundo.es, pero como yo soy de Cádiz, ya le tenía el ojo echado), Rafa Estrada, Juantxo Cruz, Pablo Ramírez, José Juan Gámez... Desde entonces han pasado muchos años. Pero cada Malofiej (o casi cada Malofiej) desde entonces, se podía tener una charla con Fernando en la barra del Jumping Jester (o de los anteriores bares oficiales de los premios) que es donde de verdad se aprende en estos Congresos (sin menospreciar las charlas, por supuesto).
La última vez que le vi fue en unas charlas en Córdoba. Allí estuve con él y sus grandes amigos. Muchos de aquellos héroes de mis primeros días en esto: Tomás Ondarra, Javier Sicilia, Ulises Culebro, Jaume Serra... Yo no había tenido mucho trato con ellos. Charlar un rato en Malofiej. Año tras año, pero poco más. Y cuando cogía el AVE hacía Córdoba, me encontré a Fernando en la estación. Estaba con su mujer, Adriana. Nos pusimos a charlar. Subimos al tren y teníamos asientos en vagones distintos. Pero al final acabé haciendo todo el viaje a su lado, charlando con él y con Ulises. Y me acordaba de aquellos días de Malofiej en los que conocí a Fernando Rubio, el gran jefe de ABC. Y por esos días en Córdoba me hizo sentir como si estuviera con un amigo de toda la vida, no con un conocido. Y cuando volví de Córdoba ya lo consideraba un amigo. Y hoy, al enterarme esta mañana de su muerte, siento que se me ha ido un amigo. Y un héroe de lo nuestro.

Si estáis en Madrid, su funeral será mañana viernes a las 10.45 h en el crematorio de la Almudena

Otros recuerdos a Fernando:
- ABC

1 comentario:

Javier Zarracina dijo...

Una pérdida enorme

Yo creo que es imposible describir la importancia de Fernando en la infografia española. Es un gigante que nos ha influido a todos. Sus gráficos eran una seña de identidad de ABC (! incluso cuando no tenia fotos!) Prácticamente, el creó en solitario la figura del infografista en las redacciones de España.

Fernando fue el primero en todo: en introducir el ordenador, en patearse las escenas de los breaking news, en ir a las reuniones editoriales, en usar el flash(!), en llevar la infografía a las universidades y en formar nuevas generaciones de infografistas.
Incluso fue uno de los pocos infografistas en el mundo que fue por iniciativa propia como enviado especial a una zona de guerra (Bosnia)!

Era toda una lección que un enorme periodista visual—con mucha más experiencia y talento que muchos figurones y charlatanes del periodismo—siempre defendía con orgullo su oficio de dibujante e ilustrador.

Pero si su talla profesional y su talento eran colosales, su calidad humana las dejaba pequeñas. Era un caballero, entrañable y cercano, siempre dispuesto a compartir unas risas, con enorme sentido del humor, clase y elegancia. Nadie comprendía las frustaciones y las satisfacciones de esta profesión como él.

Yo tuve la suerte de conocerle personalmente gracias a Tomás Ondarra, que me lo presentó y tengo muchos recuerdos suyos (entre otros, tuve el honor de dar dos charlas en Malofiej con él)

Compartiamos el amor a los comics — él, como un profesional internacional y yo, un simple aficionado— En una ocasion hablando de tebeos en el Jester, me contaba que de adolescente en Argentina, coleccionaba el comic ¨Mort Cinder¨ de Alberto Breccia. Fernando me dijo que le obsesionaban aquellas páginas y, en sus inicios, estudiaba los dibujos y los textos, con admiración y frustación, tratando de entender la magia de aquella poderosa narrativa visual. Me confeso que esa fascinación de juventud había sido determinante en su aventura vital y profesional... Con enorme admiración me di cuenta que yo hacía exactamente lo mismo con los gráficos e ilustraciones de Fernando.

Se nos ha ido un MAESTRO con mayusculas, pero nos queda el recuerdo de su generosa amistad e inspiración. Descanse en paz.